Queremos hacer un llamado desde el corazón a escuchar el clamor de las mujeres que han sufrido el dolor de la pérdida de sus hijos e hijas, es un acumulado de sueños frustrados, de esperanzas rotas, de vidas arrebatadas por una guerra, en los campos y ciudades, animadapor quienes quieren mantener su poder, sus riquezas y su orgullo.Los procesos sociales son hijos e hijas que parimos las comunidades para la vida, para la construcción de proyectos colectivos, para sostenernos mutuamente y coincidir en la víspera de justicia, son también el sostén de la democracia y de la construcción de país. En los procesos sociales, indígenas, mujeres, campesinos(as), sindicatos, estudiantes, artistas, académicos, encontramos una razón de ser y de existir, los trabajamos, los cuidamos, son un derecho en sí mismos y llenan una parte fundamental de nuestra vida como es el encuentro y la complicidad de las ideas y los sentires con otros(as). Los ataques a los procesos sociales, recienten, martirizan, atemorizan y menguan nuestros proyectos de vida colectivos y fracturan los territorios. Por eso, exigimos que el Estado los proteja, como nuestros hijos e hijas, se abstengan de seguir persiguiéndolos, de declararlos objetivo militar y sancione a quienes los vulneran. Insistimos en la desmilitarización de los territorios donde se desarrolla la movilización y puntos de concentración de protesta social, que promueve una mirada de reforma policial que implique medidas de prevención, control y sanción de los agentes violadores de los derechos humanos.
Acompañamos, como hace décadas, a la Minga Indígena y llamamos a todas las personas a continuar defendiendo los territorios como identidad, como espacio donde se crea y se construye nuestro sentido trascendente y como proyecto colectivo; a las mujeres a reencontrarnos para fortalecer la construcción de paz con derechos, deberes, justicia y dignidad.
Barrancabermeja, 10 de mayo de 2021
