“Hay que caminar en la dirección del rio, no en su contra”
La sociedad colombiana es víctima de un conflicto armado que ha dejado, en todos los puntos cardinales, un entramado de muerte, desaparición forzada, desplazamiento, expropiación, pillaje y un sinnúmero de vulneraciones y violaciones a los derechos humanos, a tal punto que somos el país con un conflicto armado de más de 60 años, el más antiguo del mundo.
Esta crisis humanitaria se amplifica en el Magdalena Medio por ser una región estratégica por su ubicación geográfica y por la riqueza que guarda su suelo y su subsuelo. Porque navegamos en la dirección del rio, no en su contra, escuchamos sus voces; las voces de los pescadores que ven cómo se pierde el alimento por el trato desmesurado de la industria aurífera, aceitera, ganadera, maderera y por los embalses para generar energía eléctrica. Las voces de las mujeres que cantan sus penas con la esperanza de encontrar en el rio sus desaparecido. Las voces de los pescadores que, ante la contaminación, el embalse y la privatización, añoran la atarraya que multiplica los peces. Las voces de la rivera gritando que “el agua es para la vida y no para la muerte”, y las voces de la estepa verde advirtiendo que “sin montañas no hay rio”.
Las otras voces, la de los animales que se resisten a emigrar por su amor al agua gris, negra o amarilla y por su apego al cauce que les permite reproducirse. Las voces de los pericos de San Martin que, a pesar de la deforestación, siempre regresan en vespertina para buscar el ultimo tronco que le permita seguir vigilando su pasado. Las voces repletas de cansancio del Manatí de Simití y Puerto Wilches que mantiene su tarea de limpiar el fondo para que los otros y otras puedan habitar la superficie. Las voces de las niñas y niños polinizadores de Betulia y San Vicente que tuvieron que reemplazar a los insectos que emigraron por el aumento de la temperatura porque algunos poderosos decidieron embalsar el rio y con ello matar la vida. Las voces de las viudas que aumentaron el cauce con sus lágrimas por el dolor de la ausencia de sus seres queridos. Las voces de los desaparecidos que retumban en trochas, puertos y potreros con la esperanza de seguir luchando contra el olvido. “El rio nos está hablando… nos está contando sus historias y misterios y de esa manera nos está ayudando a tomar nuestras decisiones.
Porque en él está la verdad… esta la vida El rio nos habla y a partir de su lamento y su contento hemos venido haciendo acuerdos: Manifestamos continuar con la defensa del derecho a la paz que significa el goce pleno de los derechos humanos. Manifestamos nuestro respaldo irrestricto a este gobierno popular y a su propuesta de transformaciones y cambios necesarios para la configuración de una sociedad justa y democrática.
Manifestamos, ante esta asamblea fundacional, avanzar de manera organizada y con una agenda unificada, por una vida digna, por la defensa del territorio y por la paz. Este acto bautismal, en las aguas del gran rio, conforma una juntanza que hemos nombrado “Coordinadora Regional del Magdalena Medio por la Vida y el Territorio”, con el propósito de avanzar con nuestros planes de vida sembrados en las fructíferas tierras del valle medio del rio magdalena.
VIVA LA COORDINADORA REGIONAL DEL MAGDALENA MEDIO POR LA PAZ, LA VIDA Y EL TERRITORIO Barrancabermeja – Magdalena Medio – Colombia Junio 4 de 2024
